“La PDI quiere derribar el ex Cuartel del Covema en Obispo Orrego N°241, Comuna de Ñuñoa. Nuevamente la PDI quiere borrar las huellas de su pasado represivo, solicitando permiso para destruir un inmueble, con el pretexto de construir su Departamento de Bienestar.
El COVEMA (Comando Vengadores de Mártires) fue una agrupación criminal creada por funcionarios de Investigaciones, que consideró que la política represiva de la Dictadura no era suficiente. Por ello montaron una organización destinada a secuestrar opositores de la Resistencia. Es así como el 23 de julio de 1980, secuentran a Eduardo Jara y Cecilia Alzamora, desde la vía pública, cuando transitaban un taxi hacia su casa de estudios. Ambos estudiantes de periodismo, militantes del MIR. Son trasladados a diferentes recintos secretos de investigaciones, siendo Obispo Orrego 241, donde parmanecerán cautivos. En ese lugar, existieron oficinas, archivos, funcionarios, interrogadores y guardias. En ese lugar, fueron objeto de tratos degradantes y salvajes torturas durante días, tratando de obtener información respecto a personas y acciones de las organizaciones que resistían a la Dictadura.
El 2 de agosto de 1980, Eduardo Jara y Cecilia Alzamora son abandonados en un sitio eriazo en La Reina alta. Tras pedir auxilio a los escasos vecinos del sector, son trasladados a la Posta N°4 de Ñuñoa, donde Eduardo Jara fallece.
Tanto las investigaciones judiciales como los testimonios de decenas de personas han logrado determinar que en Obispo Orrego N°241, Ñuñoa, se cometieron graves violaciones a los Derechos Humanos. El clima de Impunidad que nos desborda insiste en que estos espacios sean destruidos, facilitando el ejercicio de los olvidos, negacionismos y repetición de la violencia.
Como Corporación Memoria Borgoño 1270 denunciamos la existencia de la entidad criminal COVEMA en manos de la PDI.
Exigimos la detención de la demolición del Covema.
Hacemos un llamado a exigir declaración como sitio de memoria del inmueble de Obispo Orrego N°241.
Basta de amparar la impunidad!”
Corporación Memoria Borgoño.
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